miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿Un final feliz?



Muchas habían sido las horas que habían pasado juntos, también muchos los momentos. Si la vida fuera como una de esas series de televisión en las que se narran los quehaceres y conflictos de los personajes, desde luego todos aquellos momentos habrían dado para varias temporadas. Y a pesar de todo, hasta las series se acaban, porque todo en algún momento llega a su fin. De eso, no le cabía la menor duda. Sin embargo, cuando una película o una serie llega a su fin, nunca te paras a pensar: ¿Y ahora qué? ¿Qué será de todos esos momentos? ¿Qué pasará después?... no. Nunca lo hacemos. Nos contentamos con ese "final feliz", con esa forma tan bonita de cerrar esa etapa que tanto nos ha dado y quitado y que finalmente termina de forma que apaguemos la tele con un buen sabor de boca para que podamos irnos a la cama sonriendo satisfechos. Pero en la vida no existen los finales felices, simplemente porque la vida no tiene un final. Cuando un familiar o un amigo fallece o simplemente se va para no volver, siempre se suele decir, como si de una profecía se tratarse, esa frase de: "la vida sigue" y aunque durante mucho tiempo esas palabras carecen de sentido y lo único que deseamos es que todo termine, que el tiempo se pare y no tener que luchar más; finalmente la profecía se cumple y... "La vida sigue", cosa que nunca ocurre en las películas.

Lo que ahora se preguntaba es que sería de todo aquello; de todas aquellas temporadas vividas. De lo bueno y de lo malo, de las decepciones e ilusiones, de las lágrimas, de las sonrisas...de aquello que hasta el momento había sido su todo.
Sin duda, si le diesen la oportunidad de hacer que efectivamente aquella etapa se cerrase para siempre; si le diesen la oportunidad de quedarse con todo lo bueno y conseguir ese anhelado "final feliz", ella sería la primera en apagar la tele e irse a la cama con la estúpida sonrisa de satisfacción pintada en la cara.


Leyla.







*Prometí que intentaría haceros cambiar de opinión acerca de la literatura; este texto, es de mi cosecha, de creación propia, de mi mágico mundo de las palabras...porque si leer es una aventura, escribir es una aventura donde tú decides que camino tomar. Hasta próximas publicaciones.